Si no estaría documentada, creeríamos que es una #imagen de #IA ideada por un #artista que evoca mundos imaginarios con colores, formas y escenarios distintos a los integrados en nuestro interior.
Pero no, ¡existe!, y es #diferente, #inolvidable, #bella y #escasa.
Lo tiene todo para ser recordada y deseada.
Hablo de la abeja azul, sí #azul.
Este #color tan estimado para la cultura occidental.
Se trata de la abeja “Amegilla Cingula” originaria de #Australia. Una abeja solitaria con una combinación #armónica de colores con rayas #negras y #azul llamativo. Las hembras tienen cuatro bandas en el abdomen y los machos cinco. Son efectivas polarizadoras y sin duda no pasarían desapercibidas al verlas la primera vez.
Nos preguntaríamos …
¿Qué animal es?,
¿es una abeja?,
¿es azul?,
no puede ser, …
Y luego lo contaríamos, ¿sabes, he visto …?
Sin duda, su imagen se archivaría en nuestro cajón personal de cosas a recordar.
Amegilla Cingula, conocida como la abeja azul
¡Qué #grande es la #naturaleza!, siempre nos enseña y nos sorprende alimentado nuestra #curiosidad
Ser diferente, ser #recordado y ser #reconocido en un mundo colmado de #marcas deseosas de serlo, es complicado pero no imposible. Intentarlo es el camino.
Como decía Coco CHANEL “para ser irremplazable, uno debe buscar siempre ser diferente”.
La historia del mundo se escribe en color, hoy el azul ha sido el protagonista.
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